Entre 1713 y 1729, por encargo de la Corona y del Consejo de órdenes militares, el arquitecto Juan Alejandro Núñez levanta en San Carlos del Valle el grandioso conjunto barroco de la iglesia del Santísimo Cristo del Valle, con su casa parroquial, un mesón y una plaza porticada con galerías superiores dispuestas para las fiestas y celebraciones, por la necesidad de albergar a la gran cantidad de peregrinos que visitaban su antigua ermita, en aquellos tiempos el lugar de peregrinación más importante de La Mancha.
No obstante, la planimetría urbana regular de San Carlos del Valle responde finalmente a las intervenciones promovidas por Carlos III y los ilustrados a finales del siglo XVIII, como consecuencia del proyecto de repoblación del Camino Real de Andalucía, bajo la tutela del insigne Pablo de Olavide.
En la iglesia parroquial de estilo renacentista de la Torre de Juan Abad se conserva uno de los más bellos retablos manieristas en madera policromada y un excepcional órgano de música del siglo XVII con todas sus piezas originales, gracias al cual se organiza un ciclo internacional de conciertos de creciente notoriedad.
La casa donde vivió Quevedo es hoy un centro cultural activo que difunde su memoria.
La iglesia de San Andrés, en Villamanrique, destaca por su portada, transición del Gótico al Renacimiento, y su coro. En la vecina Casa de los Manrique destaca su patio porticado del siglo XVII.